lunes, 9 de julio de 2012

NOTA EN "LA NACIÓN" POR ESTRENO DE "LA FAROLERA" JULIO 2012

Teatro / Hugo Midón y María Elena Walsh



Dos renovadores irreemplazables

Locos ReCuerdos y La farolera suben a escena para homenajear a estos grandes creadores

Por Juan Garff
LA NACION

"¡Qué tanta princesa, querido Perrault!", canta la Cenicienta que encarna Karina K en el ensayo de Locos ReCuerdos sobre el escenario del Teatro Cervantes. Las versiones de los cuentos populares recopiladas por Charles Perrault y los hermanos Grimm fueron la base para siglos de fantasías infantiles, retomadas más recientemente por Walt Disney. La cuerda locura de la Cenicienta de Hugo Midón plantea otra historia: ella tiene un novio que es mecánico dental, el príncipe azul y su vida en palacio ya no le interesan. "Quiero hacer la mía, yo quiero ser yo. Ya basta de cuentos, querido Perrault."

Midón y antes que él, María Elena Walsh, fueron los autores de una renovación fenomenal en forma y contenido sobre los escenarios de los chicos. Ambos se fueron físicamente con pocos meses de diferencia en 2011. Pero la vigencia de su obra se renueva una vez más en estos días con el estreno casi simultáneo de Locos ReCuerdos (hoy) en el Teatro Cervantes y de La farolera (el sábado) en el Teatro San Martín. Las historias de los payasos de Midón, estrenada por primera vez en 1995, será protagonizada por Omar Calicchio, Karina K y Osqui Guzmán, y dirigida por Lala Mendía. La farolera , en tanto, cuenta en su elenco a Manuela Bravo, Mariana Giovine, Gabriel Rovito y Facundo Rubiño, dirigidos por Virginia Lago, quien había realizado en 2000 una versión previa del cuento incluido en Chaucha y Palito .

"María Elena cambió el estilo de la escritura, fue un nuevo paradigma. Hugo, por su parte, innovó la dramaturgia. Son hitos inolvidables", dice Lala Mendía, quien fue asistente de dirección de casi todas las obras del autor de La vuelta manzana durante los últimos veinte años. "No se cruzaron muchas veces, pero Hugo la admiró mucho. Fue un pase de una generación a otra. Algo que también se da en el público, ahora vendrán al teatro los hijos de los que fueron a ver la primera versión de Locos ReCuerdos ."

La farolera vuelve una vez más de la mano de Virginia Lago, gran amiga de María Elena. El músico Carlos Gianni, compañero de ruta de toda la carrera de Midón, recuerda que fue la conjunción de una puesta en escena de Ariel Bufano, Los caprichos del invierno , en la que el joven Midón actuaba, y la impronta de la obra de María Elena, lo que los lanzó al ruedo autoral. "A partir de esta nueva poética para chicos surgió la idea de La vuelta manzana (1970). Yo seguía de cerca la obra de María Elena, era amigo de sus músicos, como Oscar Cardozo Ocampo. Para mí era como una ráfaga de aire fresco."

La riqueza creativa de los textos de María Elena Walsh, montados sobre una línea musical y dramatúrgica sutil, pero relativamente sencilla, inspiró a la dupla Midón-Gianni a aplicar a fondo en su amplio repertorio de teatro musical una fórmula que reunía humor, cambios constantes, profundidad, emoción y juego, según la definición del músico. "Pero recién a partir de Narices , en 1984, y la serie de Vivitos y coleando , dimos rienda suelta a lo que traíamos dentro; hasta ahí habíamos sido muy respetuosos de los criterios de docentes y psicopedagogos, que eran las personas que sabían de chicos. Nos fuimos dando cuenta de que nosotros teníamos otra forma de saber sobre ellos", confiesa Gianni. Y ahí se produjo un nuevo reencuentro con el legado de María Elena, en el subtexto referido a la realidad social que hace sonreír a los adultos.

"Desde El reino del revés , la canción de María Elena en la que «un ladrón es vigilante y otro es juez» hasta el Pinocho de Midón, en que el gato y el zorro, los malandrines de la historia, se disfrazan de jueces, se incluyó al adulto en el público del espectáculo para chicos. A mí me interesaba escuchar a María Elena también como adulto, más allá de que los chicos del jardín de infantes cantaran sus canciones."

Locos ReCuerdos y La farolera son obras paradigmáticas en este sentido. Estrenada en 1995, Locos ReCuerdos "era una celebración de todo lo que habíamos hecho con los payasos", al decir de Gianni. Era plena época menemista. "Pero las cosas que se decían pueden decirse también hoy. La estructura de nuestro pensamiento de argentinos porteños no cambió tanto como para ver el mundo de una manera distinta. Hay distintas posturas, distintas visiones, distintos gobiernos, pero los hombres y mujeres argentinos tenemos las mismas dificultades con nosotros mismos, con los demás y con nuestra manera de ver la vida y el mundo. Por desgracia, porque no hemos mejorado tanto."

La canción sobre los piratas, por ejemplo, es universal, acota Lala Mendía: "Uno le roba al otro diciendo: «¿Qué quieren? Yo robo porque me roban»."

Virginia Lago y María Elena Walsh. La farolera , más que Canciones para mirar o Disparate y Bambuco , contiene una historia. La chica de la canción popular ilumina un pueblo que vive a oscuras. Pero el camino hacia la luz pasa por el cuartel del coronel, que cierra el paso. El enamoramiento aleja al oficial del rigor militar, la farolera y el vivaz pajarillo Pepeluis abren todas las barreras. Escrita en formato de cuento por María Elena Walsh a mediados de los 60, fue elegida por Virginia Lago para llevarla al escenario junto con María de las Mercedes Hernando, quien es responsable de la dramaturgia del texto atravesado por algunas de las canciones más representativas de la poetisa.

Protagonista durante largas temporadas de la ya legendaria Vivir en vos , el unipersonal para público adulto sobre vida y obra de María Elena Walsh, Virginia Lago fue también actriz de alguna versión de Canciones para mirar y amiga de toda la vida de la autora. "De alguna manera, La farolera habla de las mujeres del pueblo, de los desaparecidos y de los milicos que hemos tenido, todo con el humor de María Elena, quien aparece en escena como una especie de maga que dirige la trama desde arriba. Para mí el cuento es extraordinario, parece escrito ayer", dice Virginia.

Con la fuerza de los clásicos parece incluso reforzarse su vigencia. "Me parece que en esta nueva puesta tiene un lugar mayor el humor", dice la directora de La farolera . "Busqué acentuar esa forma de escribir de María Elena desde un lugar entre el cine mudo y el dibujo animado, con esa exageración de las pequeñas cosas que eleva el relato por encima del nivel del suelo." Son elevaciones que no se encuentran todos los días. "Creo que está un poco vacío el lugar que ocupaban Midón, María Elena, Bufano." Gianni coincide: "No hay ninguna nueva María Elena Walsh, ningún Hugo Midón, ¿quién los sustituye?".